- El cuerpo es una unidad: hay reciprocidad entre estructura y función.
- La enfermedad es una reacción total del organismo: una estructura o una función anormal de una parte del cuerpo tendrá una influencia anormal sobre el cuerpo entero.
- El organismo posee la capacidad inherente de defenderse y resistir a los procesos que le desequilibran.
- El sistema nervioso central juega un papel organizador predominante en los procesos patológicos.
- Cada enfermedad incluye un elemento somático que es un factor etiológico importante.
- Por culpa de nuestra adaptación incompleta a la bipedestación, nuestro organismo está predispuesto a los trastornos articulares y periarticulares, sobre todo a nivel del raquis y de la pelvis.
- La disfunción osteopática se puede definir como una disparidad tridimensional de movilidad de un tejido conjuntivo unido a los elementos periarticulares.
- Una disfunción osteopática del raquis se asocia a:
- Una sensibilidad de los tejidos paravertebrales y de los tejidos subyacentes
- Una modificación muscular (umbral reflejo bajo, espasmo, hiperactividad gamma).
- Una perturbación del sistema neuro-vegetativo responsable de:
- Alteración de la función visceral.
- Alteración de los tejidos supra-espinosos.
- Perturbación vaso-motriz (ley de la arteria de STILL)
- Dolores difusos, irradiados o referidos.
- El tratamiento manual de la disfunción osteopática (normalización de la función) interrumpe el arco reflejo patológico y favorece así la curación total o parcial del proceso patológico.